No pensaba escribir sobre el tema del » robo » de los 220.000 kilos de leche, porque me parecía que era un tema del que todos habían opinado y estaba trillado. En muchos casos decían que era un crimen eso; otros decían que era exagerado, pero la muerte, real, concreta, palpable, llegó: Agustina, una niña Wichi de 13 años que padecía desnutrición y tuberculosis, violada y embarazada, luego de que muriera su bebé, al otro día murió ella. La condición humana para que sea tal, tiene que, al menos, conmoverse ante el dolor del otro, del vecino, del compoblano, comprovinciano, eso, al menos eso. La muerte es infalible, pasa rápido y, parece, nos olvidamos fácilmente.
Un sistema de salud absolutamente quebrado, fragmentado en mil partes, quitándole, como lo venimos diciendo hace tiempo, sus funciones administrativas en la compra, control y monitoreo, pasa lo que tiene que pasar: el faltante de 220.000 kilogramos de leche fortificada para chicos con problemas de bajo peso. Nadie, verdaderamente, puede creer que nueve camiones con sus respectivos acoplados, desaparecieran; » algo » pasó y no hay una respuesta articulada del gobierno provincial, desde la cartera de salud al menos, para llevar un poco de información al millón de Chaqueños. El ministro de salud, doctor Zapico, en una de sus declaraciones dijo que » evidentemente había gente más rápida » que ellos, lo corrijo señor ministro, no es cuestión de velocidad, es control, trabajo, idoneidad, profesionalidad. El pueblo del Chaco le paga a usted para que haga lo antes mencionado, y muy bien pagado.
Llegamos al caso Agustina por el abandono, la desidia, la falta de «humanidad». El poder, como decía Raúl Alfonsín, tiene que ser incómodo; se refería a la incomodidad de no quedarse quieto, andar, trabajar, controlar, ejecutar, marcar presencia; bueno, todo lo que usted no hace, hace mal o hace a medias.
Que el hilo no se corte por lo más delgado.
Que no se repita otro caso Agustina.
Que en esas casas humildes de los hermanos wichis en el impenetrable, no falte ningún integrante más.
Que el dolor nos siga doliendo y esta vez sea más fuerte que nunca.
Que esté gobierno despierte y Haga Algo, que deje de ser lo que es hasta ahora: EL PEOR GOBIERNO PROVINCIAL, LEJOS, EN LA HISTORIA DEL CHACO.