Desde la globalización del mundo, el futuro ya dejó de ser lo que era, si pensamos como se planificaba en las décadas del 60, 70 y 80 ( tomé arbitrariamente el comienzo de esta » mundialización » la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989 ), en esas de décadas el futuro creaba la posibilidad de armar, en un tiempo prudencial, un plan de desarrollo con metas concretas y evaluación de las mismas. Hoy día el mercado ha cambiado, la posibilidad que tenemos de acceder a una amplia red de tecnología de la información hace que el consumidor, muchas veces sin darse cuenta, haga fracasar o triunfar a una gran compañía o a una pequeña PyME de pueblo. Para escribir esta nota estuve averiguando en una cadena de supermercados de capitales extranjeros con sucursales en casi todas las provincias, cómo se va transformando el sistema de compra de sus clientes, ponen como ejemplo a Capital Federal ( Dios sigue atendiendo allí, eso no varía ); lo que luego se traslada, lentamente, a otras provincias. El 55 % de sus clientes ya compra de manera virtual, tienen a favor que no van al local. Realizan la compra desde su computadora o celular y luego pasan a buscar la mercadería o con un costo de cien pesos se la llevan a su casa en horario convenido. Una conocida fábrica de pulloveres, la cadena de librerías más importante, y podría seguir nombrando.
Todo se va adaptando como es lógico a los tiempos que corren para ser competitivos y crecer. Lo preocupante es que casi todos los gobiernos ( locales, provinciales y nacional ) no han reparado en las consecuencias que esto acarrea como ser: desocupación a pasos agigantados y personas que no solamente quedan sin trabajo, sino que no fueron capacitadas para un sistema laboral que exige formación tecnológica como primer requisito para poder insertarse, nuevamente, en este complicado mundo del trabajo. Ya no podemos pedir que los gobiernos se adelanten al futuro con ideas y programas que contemplen lo antes descripto, pero sí que al menos, se tomen medidas para morigerar lo que se está dando. Comenzar con capacitaciones para empleados de empresas privadas por parte del Estado en coordinación con dichas empresas no es mala idea.
Activos físicos
En 2007, NEW CORPORATION, controlada por Ruper Murdoch, alcanzó un objetivo que el magnate codiciaba desde hacía tiempo: la compra, por 5.600 millones de dólares , de una cabecera muy especial, THE WALL STREET JOURNAL. Unas semanas antes, Google había comprado la empresa de publicidad en internet DOUBLECLICK ( fundada en 1995 ) por 3.100 millones de dólares y Microsoft había adquirido otra empresa similar y aún menos conocida, aQuantive ( fundada en 1997 ), por 6.300 millones de dólares. El venerable JOURNAL, con sus veteranos periodistas, sus oficinas en todo el mundo, sus imprentas, sus edificios y su flota de camiones ( todos ellos propiedad de la empresa Dow Jones ), se vendió por una suma importante, pero un par de empresas de publicidad en la red, de breve historia y prácticamente sin ningún activo tangible, fueron vendidas por un total sumadas las dos, de casi el doble.
( Del libro » EL FIN DEL PODER «, de MOISÉS NAÍM, Año 2013, PENGUIN RANDOM HOUSE GRUPO EDITORIAL ).