La semana pasada escribí acerca de la democracia, algunas preocupaciones que genera en tiempos de pandemia la suma del poder en el presidente, y me preguntaba también, si no era muy puntilloso referirme a eso con el Covid- 19 pisándonos los talones.
Ahora quiero referirme a la libertad, ese bien preciado que la democracia nos entrega en caridad de préstamo y que a veces la sabemos usar y otras no. Desconfiar del gobierno es algo, absolutamente necesario en estos tiempos, apoyar lo que está bien (como en el caso de establecer la cuarentena) no implica decir que todo está bien, que las decisiones que se toman no deben corregirse, o que no hay que alertar sobre algunos temas puntuales. Siempre con respeto y con fundamento.
En una entrevista a Mario Pergolini le preguntaban, entre otros temas, acerca de la aplicación que tienen que bajar obligatoriamente, en el celular las personas que están en los grupos de actividades exceptuadas y que comenzaron a trabajar, dicha aplicación activa la geolocalización, es decir que se sabe en qué lugar está la persona, en medio de una pandemia parecería que es un dato menor, pero como bien decía Pergolini “ una vez que pase la pandemia yo no sé si el gobierno tendrá tantas ganas de retroceder los pasos que dio en ese aspecto “. Muchas veces, nos pasa con cuestiones cotidianas, no sabemos la libertad que tenemos hasta que la perdemos. El derecho a la privacidad es inseparable a la libertad, como así también el de expresarnos por todas las vías de comunicación. No debemos perder estos elementos que conforman la matriz democrática de nuestro país que, como siempre decimos, con muchos errores, con muchas cosas por mejorar, como todo sistema de gobierno, es perfectible, pero que sin dudas en el año 2020, es el mejor sistema de gobierno.
Las comparaciones son odiosas inevitables y yo le agregaría, en algunos casos, lamentables. Ver al presidente comparando a nuestro país con Suecia, antes con Chile, entre otros países, con un virus que está en plena expansión, es cuanto menos, un error de política exterior. Hay que tratar de llevarse bien con los vecinos y el resto de países, o al menos hacer el esfuerzo de no pelearnos por cosas absolutamente evitables. Ante esto, me viene una frase de José “Pampa “Larralde: “su rancho está lleno de cosas por arreglarse “.
En un programa de un canal de la televisión pública, un profesor de apellido raro, junto a otra conductora, “metían mano” al Martín Fierro sin que se les mueva un pelo. En otro programa, del mismo ciclo, le hacían una entrevista a un escritor, que hablaba desde su casa, se refería a «El Matadero» de Esteban Echeverría, a quien sacaba a “ zapatear “ analizando la obra con el único objetivo de cerrar diciendo cosas que reafirmaban sus creencias políticas ¿Sabrán estas personas que Echeverría fue el primer poeta y novelista que tuvo el país? ¿Conocen que Alberdi era su amigo y discípulo y que fue quien le brindó sus conocimientos, que luego Alberdi amplió y profundizó, para escribir nuestra Constitución? ¿Sabrán que murió en el Uruguay, sólo, exiliado y perseguido?
Datos de nuestra historia reciente y antigua, estamos donde estamos, porque los que nos precedieron fundaron las bases para legarnos esta tierra. Nuestro país es el fruto de las luchas en todos los sentidos, no hay que olvidarse de eso. Está en nosotros. Repito, está en cada uno de nosotros.
