Pasado el mundial de básquet ( que terminó con Argentina subcampeón ), a los que nos gusta este deporte, y los que lo practicamos ( de manera mediocre y amateur ), contemplamos, con gran sorpresa y alegría, todo el trabajo realizado por este plantel ( jugadores, cuerpo técnico, médicos, kinesiólogos, nutricionistas, etc. ). Es imposible no comparar con lo que nos sucede como país.
Este proceso del seleccionado, viene realizando una tarea sostenida a lo largo de los años ( casi 20 ), pasaron diferentes técnicos, jugadores y dirigentes, con resultados muy buenos, buenos y malos, pero se mantuvo la idea, la planificación y la paciencia necesaria para que cada uno pueda desarrollarse y dar lo mejor de sí.
Algo destacable también, todos, absolutamente todos los que opinaron antes, durante y después de este mundial de China ( ex entrenadores, ex jugadores, periodistas especializados, etc. ) coincidían en la seriedad del trabajo realizado.
La selección ha dado una lección de lo que hay que hacer: planificar estratégicamente, trabajar duro, apoyarse, complementarse, tener paciencia, no dejar ningún detalle librado al azar. Sabiendo que se puede ganar o perder, si se hacen las cosas de esa manera, las posibilidades de llegar lejos son muchas. Debemos aprender de esto, nadie dice que sea fácil, pero es urgente y necesario.
Cuando le hicieron la nota al técnico Sergio Hernández después de la final acerca de que se perdió el partido, luego de felicitar y destacar las cualidades del campeón, España: » no perdimos el oro, ganamos la medalla de plata «, tirando por la borda ese exitismo – tremendismo que nos lleva a pensar que salir segundo es lo mismo que salir último.
La selección de básquet nos dio una clara y contundente lección, espero que podamos tomar esa idea superadora y empezar a realizar lo mismo en todos los ámbitos, especialmente en los diferentes gobiernos ( municipios, provincias y nación ).
